Si la separación de la pareja es reciente y les toca a padres e hijos afrontar esta situación en una época del año especial y significativa, será de gran ayuda establecer acuerdos, y transmitir un mensaje consensuado a los hijos. Deben saber que tienen el amor incondicional de ambos padres y que aunque ellos hayan decidido separarse como pareja, el vínculo como papás es indisoluble.
La prioridad debe ser, sin dudas, que los
niños puedan disfrutar de la fiesta navideña y celebrar la llegada del nuevo
año, afectados lo menos posible por los problemas de cualquier índole que
experimenten sus padres. En el caso de un divorcio o separación reciente lo más
sensato es lograr acuerdos, en lugar de tironear a los chicos o usarlos como
botín de guerra.
Tampoco podemos poner en sus espaldas la
gigante responsabilidad de elegir entre mamá y papá, para definir finalmente
con quien pasarán cada fiesta. Los adultos serán los encargados de tomar las
decisiones y de conciliar para liberar al niño de la tensión que le provoca
esta circunstancia.
Hay momentos de gran importancia en la vida
de un niño, que pueden desencadenar un malestar emocional, si los padres no
están lo suficientemente atentos. Desde la mirada adulta podemos caer en el
error de creer que los chicos no están sufriendo y que lo tienen todo superado.
Mamá y papá, tendrán que buscar la forma
de registrar cómo viven ellos la Navidad y el fin de año.
Seguramente para todos es un momento difícil,
un cimbronazo a lo conocido y a aquello que los hacía sentir seguros. Sin
embargo, habrá que encontrar fortaleza y pensar primero en los chicos. Ellos
absorben todas las emociones que los papás experimentan, por eso es fundamental
encarar lo que viene con integridad y madurez.
Es positivo anticipar a los chicos, que sus papás hablarán y encontrarán soluciones a los problemas planteados, lo que disminuirá bastante la ansiedad. Aunque no lo manifiesten, el proceso es interno y en sus cabecitas hay todo tipo de pensamientos que los confunde y los llena de temor.
Lo ideal es trabajar en una buena
comunicación, tanto entre los padres, como con los niños. Sería muy bueno
preguntarles cómo se sienten o que necesidades tienen. Poner en palabras sus
emociones y percibir que sus padres les prestan atención y los priorizan, los
ayudará a transitar este camino de una mejor manera.
¿Qué pasa cuando los padres no logran llegar
a ningún acuerdo? Si ambas partes se ponen intransigentes, no están dispuestos
a ceder y se instala una lucha por los hijos, es hora de consultar con
especialistas, que desde un lugar de neutralidad puedan ayudarlos a ser más
flexibles y hallar la forma de negociar.
Estas fechas muchas veces tienen el efecto de
confirmar la pérdida. En algunos casos hay padres que pierden el contacto con
el niño y esto también es muy doloroso, por lo que habrá que contenerlo con amor
y atención.
A los niños más pequeños les cuesta descodificar
estas situaciones, tienen una visión más
egocéntrica y se echan la culpa. Sabemos que nunca un niño es culpable de las
peleas entre sus padres y depende de nuestros actos y expresiones, que él pueda
comprenderlo.
Lo aconsejable que es que los papás intenten dejar la tristeza de lado, no permitan que los abrume la nostalgia, y busquen ambientes saludables para que los chicos estén cómodos y tranquilos en las fiestas.
Sabías qué?
No se recomienda que los padres separados pasen las
fiestas juntos, porque pueden confundir más al niño. Los chicos siempre tendrán
la fantasía de que vuelvan a estar juntos, y no hay que crearles falsas
expectativas, porque luego la frustración será más fuerte.
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Con
el asesoramiento de Ana Paula Lera. Licenciada en Psicología