Las enfermedades eruptivas como la varicela, el sarampión y la rubéola, entre otras, pueden ser muy peligrosas si se contraen en el embarazo, ya que aumentan significativamente el riesgo de perder al bebé, que nazca de forma prematura, con malformaciones o problemas neurológicos severos. Si bien no es común que una embarazada presente este tipo de afecciones, resulta de vital importancia que esté atenta, para reducir las posibilidades de contagio.
En la infancia las
infecciones eruptivas (varicela, sarampión, rubéola, etc.) son más frecuentes y
menos riesgosas que en la edad adulta. Pero el mayor peligro aparece cuando
quien las contrae, es una mujer embarazada. Tal es así, que ese embarazo pasa a
ser considerado de “alto riesgo”, debido a que significa una emergencia infectológica.
La buena noticia es que las
gestantes que ya tuvieron estas enfermedades durante la niñez, se encuentran
inmunizadas. Si tuvieron varicela, ya no van a contagiarse de esta enfermedad,
pero si no tuvieron sarampión estarán expuestas al contagio de esta patología, con
todas las complicaciones que esto implica. Es por esta razón, que el
especialista pedirá a la embarazada recordar si presentó “eruptivas” en la
infancia, con el objetivo de registrarlas en su historia clínica y descartar o
confirmar riesgos. Lo mejor es tener esta conversación con el médico, mientras
estamos planificando el embarazo, porque esto le permitirá brindar recomendaciones
de prevención, realizar estudios (para conocer qué infecciones pudo haber
tenido) o indicar la aplicación de vacunas si fuera necesario, ya que no podrán
colocarse durante la gestación. En 2008, se llevó a cabo una campaña nacional
de vacunación contra la rubeola, tan masiva como efectiva, que redujo
significativamente la cantidad de niños que nacían con problemas en los ojos y oídos,
a causa del contagio de rubeola por parte de sus madres, mientras cursaban sus
embarazos.
¿Y la mala noticia? La mala
noticia tiene que ver con que este tipo de enfermedades son extremadamente
contagiosas y si la embarazada no tiene antecedentes de inmunidad la
probabilidad de transmisión es altísima. Por ejemplo, si en la casa uno de los
hijos de la embarazada presenta varicela, está mamá debe ser aislada lo antes
posible. No nos olvidemos que cuando aparecen las lesiones en la piel, el
contagio ya se estaba produciendo desde unos 10 días antes y seguirá
contagiando por unos 10 días más, aproximadamente. La mamá no debe tocar las costras, porque hasta
la última que cae contagia. En caso de no poder aislarse por completo, deberá
usar barbijo, ya que la varicela también se transmite entre personas por vía
respiratoria, a través de las pequeñas gotas de saliva que se desprenden al
hablar.
En caso de transmisión, las
complicaciones van a variar de acuerdo al trimestre del embarazo en el que
ocurra. En el primer trimestre pueden desencadenarse abortos o reabsorción embrionaria
y transmitirse la enfermedad al feto, provocando problemas neurológicos en el
cerebro u ocasionando retraso en el crecimiento y malformaciones. El daño que
hace el virus en el cerebro, corazón, estómago e hígado, probablemente no le
permitirán a ese individuo llevar una vida normal. Por lo general, son bebés
prematuros, de bajo peso y sistema inmunológico comprometido. Si aparece la
enfermedad unos días antes o unos días despúes del parto puede ser muy grave
para el recién nacido.
Síndrome de Torch
Los
especialistas agrupan a las infecciones maternas que afectan al niño en
gestación en un síndrome llamado Torch. En este grupo se encuentran tanto las
enfermedades virales como la varicela, el sarampión y la rubeola, como la
toxoplasmosis, el HIV, el Chagas y otros. Pueden ser causadas por distintos
agentes etiológicos: virus, parásitos y hongos. Las formas de infección
neonatal son:
1. A
través del torrente circulatorio materno, atraviesa la placenta y a través de
la sangre del cordón umbilical.
2. En
el canal de parto, infectando el tracto genital de la madre y tomando contacto
con el recién nacido.
3. Por
vía ascendente hasta la cavidad intrauterina provocando rotura de membranas e
infectando al feto.
Sabías qué?
Se
estima que el 10% de la población en la Argentina llega a su edad adulta sin
haber padecido varicela. Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.
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Con el asesoramiento de Florencia Herrera. Médica Ginecóloga y Obstetra. Especialista en Reproducción Humana.