Flores y bombones

08 Mar 2018
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archivo saltabebé revista

Las nenas de hoy ya no quieren ser princesas y aseguran que al crecer quieren ser inteligentes, luchadoras y seguras de sí mismas. Ya no esperan ser rescatadas por príncipes, como en los cuentos de hadas, sino que desean tomar acción para ser ellas quienes se salven. ¿Cómo serán estas niñas al crecer y convertirse en mujeres? ¿Aceptarán las flores y los bombones o los cambiarán por respeto e igualdad?

A una gran mayoría de mujeres le gusta recibir flores y bombones para fechas especiales, como cumpleaños o aniversarios y por qué no sin motivo alguno, ya sea como una forma de celebración, agasajo o demostración de amor. Pero están también aquellas que detestan este tipo de presentes debido a que los consideran sexistas.

De hecho, varias veces se ha usado la frase “Ni flores ni bombones” como slogan para las marchas que se realizan en el Día de la Mujer indicando que las mujeres no quieren regalitos de este tipo sino respeto e igualdad, y que este es un día de lucha por la reivindicación de la mujer y sus derechos como trabajadora, no un día festivo.

Nadie puede negar los logros y las conquistas de las mujeres que plantaron bandera con esta lucha y aunque todavía se enfrentan a la desigualdad en varios ámbitos, continúan impulsando el desafío de alcanzar nuevos triunfos, que empoderen a la mujer. Esto puede llevar décadas y probablemente sean las nuevas generaciones las que puedan ver el resultado de este trabajo o las que tomen la posta para lograr un mundo mejor en el que se respeten los derechos de hombres y mujeres por igual.

Por eso es interesante analizar cómo están siendo criadas las niñas en la actualidad, cuáles son sus intereses y preferencias y cuáles son los valores que les estamos trasmitiendo. Hace un tiempo viene dando vuelta la idea de que “las niñas de hoy ya no quieren ser princesas” y este cambio de paradigma ha revolucionado la industria del cine, de los juguetes, los libros y cualquier otro rubro dirigido a captar la atención de las pequeñas.

En redes sociales y páginas como Youtube se han viralizado videos de niñas que aseguran que las princesas no son de su agrado, explicando sus razones con argumentos muy válidos, que tal vez escucharon de sus madres, hermanas, primas, tías y abuelas, pero que al final de cuentas van formando su manera de pensar a cerca de ciertos temas y van delineando su personalidad.

En estos videos que acumulan millones de visitas las niñas dicen con absoluta seguridad: “no quiero ser princesa porque las princesas no se ensucian, no juegan en la arena y tienen que estar impecables todo el día” o “no quiero usar zapatitos de cristal porque las zapatillas son más cómodas”. Por otra parte, expresan de un modo determinante que cuando crezcan quiere ser mujeres luchadoras e inteligentes: “no quiero quedarme esperando a un príncipe que me rescate, prefiero ser independiente y hacer algo yo misma para salvarme”.

Estos nuevos conceptos que manejan las niñitas de hoy han puesto de cabeza a varias compañías líderes como Disney o Matel, creadora de la muñeca Barbie tan afamada en los años 90. Sus creativos tuvieron que aggionarse entendiendo que había que reinventarse o morir. Sucede que las madres de estas pequeñas son las que crecieron con el modelo de princesas sumisas y obedientes educadas para ser buenas esposas y madres, ya que en esos tiempos la participación de la mujer en el ámbito profesional era mucho más baja. Todo cambió cuando la mujer comenzó a tener otro lugar en la sociedad y pudo acceder a puestos de trabajo que antes le estaban vedados. Salió a trabajar, se hizo independiente y ya no quiere saber nada con antiguos estereotipos.

Fue así que la muñeca Barbie que originalmente era ama de casa, se convirtió en la Barbie médica, abogada, veterinaria o periodista, y sólo así las ventas que venían en descenso pudieron recuperarse.

Los cuentos infantiles también han experimentado un giro trascendental en sus historias y protagonistas. Surgieron las heroínas “antiprincesas” que se destacan por su belleza interior y por defender valores como la libertad, la búsqueda de la justicia y la creatividad.

Todas estas tendencias muestran a las claras que las niñas de hoy son muy distintas a las de ayer y esas diferencias se verán reflejadas cuando les toque ser las mujeres del mañana. De acuerdo a lo que podemos ver serán mujeres fuertes, independientes, luchadoras y determinadas, capaces de cambiar estructuras que antes estaban fuertemente arraigadas.

Posiblemente, tendremos cada vez más mujeres líderes y emprendedoras que persigan sus sueños y vivan de acuerdo a sus propios ideales y no por conformar a los demás. Serán mujeres dispuestas a proteger la igualdad de los derechos pero celebrando las diferencias que existen entre hombres y mujeres, por ejemplo en la contextura física y el funcionamiento del cerebro.

Entonces, quizás sean mujeres que acepten las flores y los bombones como detalles bonitos, pero que no van a permitir ser avasalladas o vulneradas en sus derechos.




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