Las
nenas de hoy ya no quieren ser princesas y aseguran que al crecer quieren ser
inteligentes, luchadoras y seguras de sí mismas. Ya no esperan ser rescatadas
por príncipes, como en los cuentos de hadas, sino que desean tomar acción para
ser ellas quienes se salven. ¿Cómo serán estas niñas al crecer y convertirse en
mujeres? ¿Aceptarán las flores y los bombones o los cambiarán por respeto e
igualdad?
A una gran mayoría de
mujeres le gusta recibir flores y bombones para fechas especiales, como
cumpleaños o aniversarios y por qué no sin motivo alguno, ya sea como una forma
de celebración, agasajo o demostración de amor. Pero están también aquellas que
detestan este tipo de presentes debido a que los consideran sexistas.
De hecho, varias
veces se ha usado la frase “Ni flores ni bombones” como slogan para las marchas
que se realizan en el Día de la Mujer indicando que las mujeres no quieren regalitos
de este tipo sino respeto e igualdad, y que este es un día de lucha por la
reivindicación de la mujer y sus derechos como trabajadora, no un día festivo.
Nadie puede negar los
logros y las conquistas de las mujeres que plantaron bandera con esta lucha y
aunque todavía se enfrentan a la desigualdad en varios ámbitos, continúan
impulsando el desafío de alcanzar nuevos triunfos, que empoderen a la mujer.
Esto puede llevar décadas y probablemente sean las nuevas generaciones las que
puedan ver el resultado de este trabajo o las que tomen la posta para lograr un
mundo mejor en el que se respeten los derechos de hombres y mujeres por igual.
Por eso es
interesante analizar cómo están siendo criadas las niñas en la actualidad,
cuáles son sus intereses y preferencias y cuáles son los valores que les
estamos trasmitiendo. Hace un tiempo viene dando vuelta la idea de que “las niñas
de hoy ya no quieren ser princesas” y este cambio de paradigma ha revolucionado
la industria del cine, de los juguetes, los libros y cualquier otro rubro
dirigido a captar la atención de las pequeñas.
En redes sociales y
páginas como Youtube se han viralizado videos de niñas que aseguran que las
princesas no son de su agrado, explicando sus razones con argumentos muy
válidos, que tal vez escucharon de sus madres, hermanas, primas, tías y abuelas,
pero que al final de cuentas van formando su manera de pensar a cerca de
ciertos temas y van delineando su personalidad.
En estos videos que
acumulan millones de visitas las niñas dicen con absoluta seguridad: “no quiero
ser princesa porque las princesas no se ensucian, no juegan en la arena y
tienen que estar impecables todo el día” o “no quiero usar zapatitos de cristal
porque las zapatillas son más cómodas”. Por otra parte, expresan de un modo
determinante que cuando crezcan quiere ser mujeres luchadoras e inteligentes: “no
quiero quedarme esperando a un príncipe que me rescate, prefiero ser
independiente y hacer algo yo misma para salvarme”.
Estos nuevos
conceptos que manejan las niñitas de hoy han puesto de cabeza a varias
compañías líderes como Disney o Matel, creadora de la muñeca Barbie tan afamada
en los años 90. Sus creativos tuvieron que aggionarse entendiendo que había que
reinventarse o morir. Sucede que las madres de estas pequeñas son las que
crecieron con el modelo de princesas sumisas y obedientes educadas para ser
buenas esposas y madres, ya que en esos tiempos la participación de la mujer en
el ámbito profesional era mucho más baja. Todo cambió cuando la mujer comenzó a
tener otro lugar en la sociedad y pudo acceder a puestos de trabajo que antes
le estaban vedados. Salió a trabajar, se hizo independiente y ya no quiere
saber nada con antiguos estereotipos.
Fue así que la muñeca
Barbie que originalmente era ama de casa, se convirtió en la Barbie médica,
abogada, veterinaria o periodista, y sólo así las ventas que venían en descenso
pudieron recuperarse.
Los cuentos infantiles
también han experimentado un giro trascendental en sus historias y
protagonistas. Surgieron las heroínas “antiprincesas” que se destacan por su
belleza interior y por defender valores como la libertad, la búsqueda de la
justicia y la creatividad.
Todas estas
tendencias muestran a las claras que las niñas de hoy son muy distintas a las
de ayer y esas diferencias se verán reflejadas cuando les toque ser las mujeres
del mañana. De acuerdo a lo que podemos ver serán mujeres fuertes, independientes,
luchadoras y determinadas, capaces de cambiar estructuras que antes estaban
fuertemente arraigadas.
Posiblemente,
tendremos cada vez más mujeres líderes y emprendedoras que persigan sus sueños
y vivan de acuerdo a sus propios ideales y no por conformar a los demás. Serán
mujeres dispuestas a proteger la igualdad de los derechos pero celebrando las
diferencias que existen entre hombres y mujeres, por ejemplo en la contextura
física y el funcionamiento del cerebro.
Entonces, quizás sean mujeres que acepten las flores y los bombones como detalles bonitos, pero que no van a permitir ser avasalladas o vulneradas en sus derechos.