Frente a la escalada de procesamientos, acusaciones y embargos que se sucedieron en los últimos meses en contra del presunto capo narco salteño, Delfín Castedo, su familia optó por expresarse en su defensa a través de una cuenta en Facebook que lleva su nombre.
Castedo lleva 17 meses detenido en la Cárcel Federal de Güemes por su procesamiento en la causa por narcotráfico y asociación ilícita. Sin embargo, la causa que más acapara la atención de su familia y el repudio contra las publicaciones periodísticas es la que lo tiene procesado junto a su hermano Raúl "Ula" Castedo por instigar el homicidio de Liliana Ledesma, asesinada a puñaladas y con signos mafiosos en Salvador Mazza en 2006.
La cuenta, en su primera publicación el 23 de julio de 2017, aclara que son los familiares de Delfín Castedo quienes publican en ella y expresan que buscan justicia y que los ayuden “a que se termine el castigo que hace más de diez años viene sufriendo”.
La foto de portada de la cuenta refleja el espíritu que los motivó a crearla: es un compilado de frases y una imagen de Joseph Goebbels, el jefe de propaganda nazi, en donde resalta el concepto de que si se insiste con una mentira, la gente creerá que es verdad. “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”, reza una de las citas.
Entre muchas manifestaciones de apoyo y afecto de allegados y conocidos de Castedo, se destacan las publicaciones de la propia cuenta en las que sostienen con énfasis su inocencia. En una de las últimas, escrita el 22 de noviembre y en primera persona, pidió que se convoque a una marcha en su nombre para exigir justicia, lo que finalmente no ocurrió.
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Otro aspecto que se encargan de desmentir es que Castedo continúe manejando y dirigiendo una asociación ilícita, no solo porque aseguran que jamás lo hizo ya que siempre se dedicó al manejo de los campos y a actividades agropecuarias sino porque pasa sus días detenido bajo una estricta vigilancia.
Acusaciones contra la familia Ledesma y otra hipótesis del crimen
Luego del procesamiento de los hermanos Castedo, en mayo del año pasado y por el crimen de Liliana Ledesma, su familia inició una campaña en Facebook para demostrar su inocencia. Sostienen que todo lo que esgrimen los fiscales y jueces y que trascendió en los medios de comunicación respecto su responsabilidad es falso, al igual que aquellas acusaciones que Ledesma hizo en algunos medios antes de su muerte, donde los acusó de narcos.
Lógicamente niegan que los Castedo hayan planeado y dirigido el homicidio de la mujer y hasta aportan pruebas que refieren a otra hipótesis: que a Liliana Ledesma la mató Efraín Ichuta Vargas por un ajuste de cuentas. La versión surge de los dichos de Vicente Roa Aguirre, el hombre que colaboró con el homicidio y que lo contó en 2009 mientras se encontraba muy enfermo, internado en calidad de paciente con custodia, en el Hospital General de Clínicas de La Paz, en Bolivia. Pero poco después falleció.
En 2010, la justicia condenó a prisión perpetua a María Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, Lino Abdemar Moreno y Casimiro “Nene” Torres; a diez años de prisión para Patricia Guerra (a quien declaró responsable de haber prestado colaboración secundaria para cometer el crimen), y a cuatro años de prisión efectiva para Juan Moreno, el chofer del Hospital de Salvador Mazza que llamó a Delfín Castedo para advertirle que Ledesma ya estaba muerta.
Las publicaciones apuntan a que tanto Ledesma como su hermano Jesús Ledesma, su esposo Gilberto Villagómez y Pilar Rojas -otro habitante de la zona de Salvador Mazza donde Castedo tiene las fincas en el límite con Bolivia que usaría para ingresar droga-, son quienes en realidad se dedican al contrabando y al narcotráfico.
Para acreditarlo, llevan tiempo subiendo imágenes obtenidas de la Justicia boliviana y de periódicos de aquél país. Incluso recuerdan un episodio en el que Liliana habría sido detenida en Bolivia con 40 kilos de cocaína, acompañando las publicaciones con imágenes de expedientes y actas que versan sobre aquellos hechos.
La familia Castedo siente que Delfín es víctima de una persecución política, mediática y judicial tendiente a colocarlo como un narcotraficante de relevancia internacional y que, para ello, la justicia ha desestimado todas las pruebas que presentó su abogado que lo exculpan de la muerte de Liliana Ledesma y que muestran la realidad de su asesinato.
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Mientras los Ledesma sostienen que Castedo les quitó tierras y les cortó los pasos para llegar a sus hogares con el fin de garantizar el libre tránsito de droga, la familia del detenido asegura que son aquellos quienes inventaron esas graves acusaciones para despojarlos de sus fincas.