Dos narcos que se arrepintieron al ser llevados a la Justicia Federal fueron la clave para incautar unos 1.800 kilos de cocaína en Santiago del Estero, el golpe más grande que se haya dado en esa provincia y uno de los más importantes en las últimas décadas.

Una investigación del juez federal Guillermo Molinari había determinado que el departamento de Copo, en el norte santiagueño, estaba siendo bombardeado constantemente por avionetas que arrojaban droga en campos cercanos a la localidad de Los Pirpintos. Ayer, ante una información de último momento sobre la posible presencia de una de estas aeronaves, un helicóptero salió a sobrevolar la zona. Durante la vigilancia, la vieron volar muy bajo y arrojar bultos. Desde el aire también pudieron observar a dos hombres que juntaban la carga en una camioneta.

Sello narco: ¿qué significan las marcas en un cargamento de cocaína?

Los efectivos que apoyaban el operativo en tierra le bloquearon los caminos a la camioneta y esposaron a los dos hombres, un chaqueño y un salteño. En el vehículo hallaron 300 kilos de cocaína de máxima pureza.

Cuando comenzó el interrogatorio a los narcotraficantes, en la Justicia Federal, estos le dijeron a las autoridades que quería colaborar con la investigación. Desde la capital provincial guiaron a uniformados hasta un campo cercano al lugar en el que habían recibido la carga. En el medio del monte, señalaron un depósito que adentro tenía 1.500 kilos de cocaína.

Hasta el cierre de esta edición, los gendarmes esperaban refuerzos para poder trasladar la droga hacia la capital, bajo un fuerte operativo de seguridad. Según las sospechas, le dieron un golpe a un cártel extranjero que acopiaba la cocaína en ese lugar y la trasladaba hacia otros países, ya que se encontraba en estado de pureza.

El operativo de ayer se posicionó como el más grande que se haya visto en esa provincia, y uno de los más importantes de los últimos tiempos. En junio, la Policía Federal había hallado la misma cantidad de cocaína en Bahía Blanca y se estimaba que era el secuestro más grande de las últimas dos décadas. En ese caso, se supo que la droga era propiedad de narcos mexicanos; en el caso de Santiago, todavía se está buscando a los patrones de esta banda.

Con el precio de esta droga a unos U$D 3.000 en la frontera, se estima que el cargamento está valuado en unos U$D 5,4 millones, es decir, más de $ 90 millones.