El obispo de Orán, Gustavo Zanchetta, está jugando un rol clave en el conflicto que mantiene en vilo al norte salteño, después de una semana de piquetes que mantienen sitiada a la ciudad de Orán.
Esta tarde Zanchetta se reunió con autoridades locales y a la noche concurrió a la misma ruta, para hablar con los bagayeros, a los que además llevó alimentos. La noticia más importante que dio la autoridad religiosa a los manifestantes es que logró comunicarse con funcionarios nacionales de primera línea. Zanchetta les dijo que habló con los ministros Carolina Stanley, Jorge Triaca y les explicó cuál es la situación.
“Vine a contarles la buena noticia de que nos atendieron los llamados la ministra de Desarrollo Social y el ministro de Trabajo y el problema ya está en manos del jefe de gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sobre todo para entender que se trata de una cuestión laboral, que hay que regularizar y no quitar la fuente de trabajo de la gente. Son buenas señales, las esperábamos, porque hasta el momento no había tenido respuesta de Nación. Les he mostrado, han sido de mi celular, al celular de cada ministro, para que se queden tranquilos de que la comunicación existió, sé que me creen, pero me parecía justo”, dijo el sacerdote a una radio local. Y añadió: “Aproveché, vine en mi camioneta, la cargamos con mercadería, sobre todo porque hay muchos chicos, sobre todo para que puedan cocinar esta noche y esperamos tener una solución mañana”.
Antes de ir al piquete, a la tarde, el monseñor mantuvo una reunión con representantes de los bagayeros y el intendente, Marcelo Lara Gros. Tras el encuentro, el obispo de Orán instó al presidente Mauricio Macri: “Atienda al norte argentino; hay mucha gente que sufre.”
La protesta había llegado en la noche del lunes a su máxima tensión, cuando comerciantes del microcentro extremaron la seguridad de sus negocios, tapando las vidrieras, ante el rumor de saqueos.