El estar obligadamente más en casa, provocó que mucha gente comience a prestarle más atención a su hogar y a dedicarle el tiempo que antes no tenían. En ese sentido, se empezó a pensar en la construcción o la compra de una vivienda propia, pero con los impuestos, el aumento del dólar y las restricciones, se tornó cada vez más complicado. Los especialistas en el rubro afirman que Argentina es uno de los países más caros para comprar y que una persona requiere destinar casi dos décadas completas de salario para poder acceder a 50 metros cuadrados.
"Acceder a una vivienda en Argentina es más caro que en otros países y como no existen buenos créditos hipotecarios, es poca la gente que puede comprarse su casa, lo que lleva a la inquilinización de la clase media", dijo a LAGACETA.com Sebastián Piliponsky, socio fundador de Link.
Piliponsky destaca un lado negativo de esta nueva modalidad y es que, como la gente –en general- ahora no construye para vivir sino para alquilar o vender a futuro, busca que la calidad de los trabajos sea menor para obtener así mayor rentabilidad en su inversión. “Es un problema para los desarrolladores ya que se busca un producto más chico, con insumos de menor calidad y lo más barato posible”, comentó.
Según ejemplifica, en Europa una persona tiene que invertir seis años de salario bruto para comprarse un departamento de 50 metros cuadrados; en Chile, 10 años y en Argentina, 18.
Según el asesor, el sistema crediticio del país no permite al inversor pensar a largo plazo: “cada vez son menos los argentinos que pueden comprar ya que sólo lo hacen los que tienen dinero en efectivo o pueden financiar en plazos cortos”.
El especialista resaltó que, por el aumento del dólar, lo más conveniente es construir.
“Hay personas que buscan comprar departamentos en pozo, porque es una buena forma de hacerse de dólares. Esta inversión se hace en pesos. Y cuando la persona reciba la propiedad, seguramente va a aumentar. Hay una relación natural entre los inmuebles y el dólar; este último puede subir antes, pero el inmueble en algún momento lo alcanza. Así, cuando la persona recibe el departamento adquirido en pozo, luego lo podrá vender a cambio de dólares”, dijo Fernando Guzmán de la constructora Guzmán & Guzmán.
El empresario menciona que –durante la cuarentena- notó una gran cantidad de gente que del plazo fijo se volcó a la inversión en inmuebles, ya que “ahora es más conveniente”: “el inmueble bajó entre un 25% y un 30% con respecto al dólar, así que el que tiene dólar billete hoy hace una gran diferencia”.
Comparación internacional
El Real Global de UBS Estate Bubble Index elaborado por el Banco Suizo UBS mide el riesgo de una burbuja inmobiliaria en base a patrones como la relación del ingreso con el precio de las viviendas, las rentas por alquiler y los desequilibrios en la economía.
El ranking se refiere a 25 ciudades del mundo y no incorpora a Argentina. En base a los parámetros medidos en el informe, el sitio ReporteInmobiliario.com hizo una simulación de dónde se ubicaría Buenos Aires de estar en la lista.
La situación arroja que el resultado argentino es el peor de todos, en relación a las mismas variables.
Para medir la relación existente entre ingresos y los valores de las viviendas, UBS analizó la cantidad de años que un trabajador necesitaría invertir para poder comprar un departamento de 60 m2. En Buenos Aires, una persona necesita hacer un esfuerzo salarial de 27 años de ingresos.
"Tomando el valor promedio de U$S 120.000 que surge por redondeo de aplicar el valor unitario de 2.011 U$S/m2 relevado por Reporte Inmobiliario para departamentos usados sin amenities de características estándar y la remuneración normal y permanente de los trabajadores registrados del sector privado informada por el Ministerio de Trabajo para el primer trimestre de este año, Buenos Aires pasa a la cabeza del ranking de las ciudades analizadas por el banco suizo", explicó el medio.