La Conferencia Episcopal criticó el inminente tratamiento de parlamentario de legalización del aborto. Las autoridades de la iglesia argentina remarcaron que el Gobierno debe velar por el cuidado de la vida humana, como lo hace ahora ante la pandemia. Además llamaron a la “prudencia política para no desalentar la unidad”.
En un comunicado, la Iglesia volvió a rechazar la iniciativa oficial. “No hay lugar para pensar en proyectos legislativos que contradicen el discurso que dice cuidar a todos los argentinos como prioridad”, resaltaron.
“Las últimas noticias sobre la inminente introducción del proyecto de Ley de aborto al Congreso Nacional -dice el texto- nos sorprenden tristemente porque desalientan la búsqueda del encuentro fraterno e imprescindible entre los argentinos”, advirtieron.
Monseñor Oscar Ojea, titular de la Conferencia Episcopal Argentina.
Una mirada egoísta
"El proyecto oscurece gravemente el horizonte que nos propone el Papa Francisco en su reciente Encíclica Fratelli tutti: abrir el corazón ante un mundo que rompe en pedazos los sueños y se encierra detrás de una mirada egoísta y excluyente, porque ‘en el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si ‘todavía no son útiles’ –como los no nacidos-, o si ‘ya no sirven’- como los ancianos’”, insistieron.
La Conferencia Episcopal recordpo que “así como la dignidad de la vida y la promoción de los derechos humanos son conceptos centrales en una agenda auténticamente democrática, la situación general de la Salud Pública, planteada por esta dolorosa coyuntura, hace insostenible e inoportuno cualquier intento de presentar y discutir una ley de estas características”.
Proteger a los habitantes
“La pandemia nos ha alertado que el Estado debe velar por el cuidado de la salud pública es decir, el cuidado de la vida humana. No cuidar todas las vidas, toda la Vida, sería una falta gravísima de un Estado que quiere proteger a sus habitantes”, afirmaron.
Además, los obispos llamaron a “la prudencia política para no desalentar la búsqueda de la máxima unidad posible en un cuerpo social herido por los desencuentros entre argentinos”.