A los 10 años, una clase de educación sexual en la escuela, la hizo romper el silencio: su padrastro abusaba de ella desde los cinco años y su mamá lo sabía. Se lo reveló a la maestra. La docente se lo comunicó a la vicerrectora y fue la abuela de la niña quien radicó la denuncia.
Tras ser citada a la institución educativa donde asiste la niña, el 28 de julio del año pasado, la abuela denunció lo que ocurría en la casa de su hija. Ahora, el fiscal penal Rodrigo González Miralpeix requirió la elevación a juicio de la causa.
La nena pudo declarar en circuito cerrado de televisión. Allí reveló los abusos de los que fue víctima desde los cinco años. Los hechos sucedieron en reiteradas ocasiones, de manera continuada y mientras convivían en el mismo domicilio ubicado en zona oeste de la ciudad de Salta, cuando la niña quedaba bajo la responsabilidad del imputado.
Según la causa, el acusado pretendió alterar el desarrollo normal de la sexualidad de la niña, lo que quedó evidenciado en el informe psicológico realizado a la menor.
Las profesionales de la escuela también expresaron que pudieron ver el malestar de la pequeña en su relato, a raíz de los aberrantes hechos sufridos.
Durante la investigación surgió que la madre de la nena tuvo conocimiento inequívoco de los aberrantes hechos de los que fue víctima su hija y omitió lisa y llanamente cumplir con su obligación de cuidado y protección.
La víctima dijo que, en reiteradas oportunidades, tanto su madre como su hermanastro fueron testigos de los abusos y que alguna vez atacó a su padrastro, pero sin dar aviso a la justicia. Por eso, la mujer fue acusada del delito de cooperación a la comisión de los delitos mencionados.
Tras finalizar la investigación, el fiscal penal Rodrigo González Miralpeix entendió que fue acreditada la existencia de los delitos endilgados y la responsabilidad penal de los acusados, por lo que pidió enjuiciar al padrastro y a la madre de la niña.