Nuevas denuncias contra la Jefa de Policía de Salta, Norma Morales, se sumaron luego de que la comisario mayor Arcelia Colque acusara a la jerarca de la fuerza de seguridad de haberla maltratado y abusado de su autoridad durante un operativo de control en el sur de la ciudad, al punto de haberle causado un cuadro convulsivo.
Por esto se creó una unidad especial en el Ministerio Público Fiscal, a fin de investigar los hechos que tienen en la mira a la jerarca de la institución policial. Allí llegaron las nuevas acusaciones.
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“En estos días posteriores a la recepción de la primera denuncia (5 de abril), se han recibido nuevas denuncias por hechos similares o vinculados a la estructura policial”, confirmó a LA GACETA el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio, uno de los tres integrantes de esta unidad de investigación.
Todos los hechos denunciados están vinculados con el accionar de Morales, pero no todos se relacionan con su función actual; hay denuncias que refieren a su desempeño previo como directora de Recursos Humanos en la institución.
“Ahora se establecerá cuáles tienen relevancia desde el punto jurídico penal o cuáles corresponden al ámbito administrativo, porque hay muchos hechos que tienen que ver con las licencias otorgadas en el marco policial, cuestiones que se radicaron en forma de denuncia pero no tienen contenido criminal”, aclaró el fiscal.
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Mientras, ya se registraron los testimonios del personal policial que estuvo trabajando ese día en el que Colque se sintió maltratada y cayó desvanecida en medio de un control preventivo, realizado en la avenida Paraguay, destinado a verificar el cumplimiento del aislamiento social obligatorio dispuesto por el Gobierno ante el avance de la pandemia covid-19.
“Esos testimonios están siendo objeto de análisis. En general todos son coherentes en haber percibido lo mismo, es decir, el desarrollo de las tareas y esta situación que la denunciante dijo que fue un eventual maltrato y que tuvo un impacto en su salud”, detalló el fiscal.
Incluso hubo relatos que dan a entender que hay “un trato naturalizado” en la estructura policial. Ahora “es necesario hacer una interpretación conjunta de todo esto para ver qué tipo de tratos se exceden al vínculo jerarquía – subordinación”, agregó.
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Para esto también será importante el aporte que hagan las personas civiles que en ese momento estaban siendo objeto de control. “El testimonio de una persona ajena a la policía puede ser bastante más objetivo y nos podría brindar mayor ilustración de lo sucedido”, comentó Ramos Ossorio, quien aseguró que están a la espera de estas declaraciones.
A la par, se analizarán las imágenes de las cámaras de seguridad que ya fueron solicitadas, al igual que la historia clínica de la denunciante.
“Una vez que contemos con estos datos vamos a emitir un dictamen y analizaremos cuáles son las conductas que tengan connotaciones penales”, cerró el fiscal.