La recesión que arrastra la economía desde mediados del año pasado y la profundización de la crisis a raíz del coronavirus no hizo más que incrementar las necesidades de una importante porción de la población salteña. Los efectos de estos factores se evidencian en la propagación de merenderos en la provincia y la cantidad de personas que asisten diariamente.
En menos de un año, la cantidad de merenderos se triplicó en la provincia, mientras que los niños y niñas que asisten a buscar comida diariamente a estas instituciones incrementó en un 100%.
En Salta, el hambre también se propaga como pandemia
De acuerdo a datos provistos por el Ministerio de Desarrollo Social y Asuntos Indígenas, en mayo de 2019 el número de merenderos era de 135. En ese momento, desde el Estado se brindaba asistencia para unos 14 mil niños y niñas de toda la provincia. Y más del 50% de esa población residía en la Capital.
Once meses después desde la cartera, que comanda actualmente la ministra Verónica Figueroa, informaron a LA GACETA que la cantidad total de merenderos es de 447 -214 se ubican en la ciudad de Salta y 233 en los cincuenta y nueve municipios restantes-.
La apertura de más instituciones sociales significó también el aumento de personas que necesitan alimentarse. En Capital se registran unos 17.100 beneficiarios y 11.200 en el interior, entre niños, personas con discapacidad, embarazadas y adultos mayores.
“Lo que comen en el merendero es su cena”
Oscar Monzón, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) en Salta, aseguró que la realidad que se observa en las calles es preocupante y que el panorama que dejará la pandemia resulta “impredecible”.
“El miércoles de la semana abrimos un nuevo merendero en la zona norte de la ciudad. El primer día fueron 30 chicos, el segundo 90 y el tercero 120. Así, no hay cuarentena sin resolver el hambre”, relató a LA GACETA.
Monzón sostuvo que en los barrios más vulnerables de la capital salteño el efecto del parate económico a raíz del coronavirus es evidente y que la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas se hizo más compleja para muchos vecinos. “En la mayoría de los casos, lo que comen los chicos en el merendero es su cena”, enfatizó.
La CCC administra 318 merenderos comunitarios en toda la provincia
Finalmente, el histórico dirigente de la organización social señaló que la realidad que atravesamos en el país le hace recordar a la hiperinflación de 1989 cuando “los productos cambiaban de precio cada hora” como consecuencia de la especulación.