“De la economía se vuelve, de las muertes no se vuelve más. De la caída del PBI se vuelve, de la muerte no”. Con estos argumentos, el presidente Alberto Fernández defendió durante la noche del 29 de marzo su decisión de extender la cuarentena (rige desde el pasado 20) por otras dos semanas. Agregó, entonces, que la crisis en que estaba sumido el país, cuando Néstor Kirchner era Presidente y él jefe de Gabinete, era peor que la actual, y sin embargo la nación pudo recuperarse.
Otro es el diagnóstico del grupo de 300 empresarios, profesionales, trabajadores y ciudadanos que recientemente le presentaron al Gobierno ocho propuestas para “el día después de la crisis” (detalladas en LA GACETA de ayer), con la finalidad de que vuelva a trabajar “el 80% del país productivo”.
“Vida versus Vida. El dilema actual”, es el documento que difundieron esta semana y en el que plantea, sustancialmente, que la disyuntiva “aislamiento social vs. reactivación económica” es una falacia porque -sostienen- los perniciosos efectos materiales de la cuarentena económica provocarán decenas de miles de muertes en la Argentina en el mediano plazo.
La cuarentena -sostiene el texto- tiene un efecto “cola” y sus consecuencias económicas serán las responsables, dentro de los próximos cuatro años, 34.216 muertes adicionales al promedio de decesos habituales si se extiende sólo hasta el 26 de abril. En la hipótesis de que pudiera prorrogarse hasta el 14 de junio, los decesos ascenderán a 65.430. O lo que es igual, por el efecto “cola”, cada día que se prolongue la cuarentena -se sostiene- implicará la muerte de un promedio de 343 personas.
Cifras y contextos
El número de muertes asociadas directamente a la cuarentena es perfectamente estimable a partir de estudios, de datos y de modelos de proyección tanto de este país como de Estados Unidos y Europa, se consigna en el escrito. Precisamente, los parámetros que se emplean para los cotejos y las prospecciones son los de la crisis de Argentina en 2001 y 2002, de la crisis estadounidense de 2008 y de la crisis de Grecia entre 2007 y 2009.
La caída de la economía genera desempleo, incrementa las depresiones y exacerba la pobreza y la miseria, alerta el documento del grupo. Como se consignó ayer, citando a Infobae, lo componen, entre otros empresarios, Alec Oxenford (OLX), Guibert Englebienne (Globant), Federico Eisner (Bain), Eduardo Bastitta (Plaza Logística), Joao Adao (Facebook), Karina Román (Román), Javier Goñi (Ledesma), Marcelo Salas (Café Martínez), Gastón Greco (Posco), Alejo Nitti (CuatroUnos), Juan Collado (Endevor NOA y Wharmi), Emiliano Kargieman (Sattelogic), Jorge Grad (PWC), Francisco Álvarez Demalde (Navent), Eduardo Brown, Luis Bameule, Claudio Drescher, Ignacio Funes, Barbara Toth y Sofía Pescarmona.
Las crisis -argumentan- no afectan a todos por igual. Y las experiencias tanto globales como argentinas muestran que a muchos se les quita poco; mientras que a otros muchos se les quita todo. “Eso se traduce en muertes concretas”, alertan.
Si la cuarentena es prorrogadad por el Gobierno nacional hasta mediados de junio, la caída del PBI que estiman los empresarios argentinos rondará el 10,2%, Este guarismo es casi idéntico al de la caída del PBI en la crisis de 2001, cuando el daño alcanzó el 10,9%. La diferencia radica en los contextos. El derrumbe de 10 puntos del PBI se produjo, hace dos décadas, a lo largo de todo 2002. Ahora -advierten- el mismo desplome se produciría en sólo 60 días. Esto haría que sus efectos resultasen devastadores.
Lo mismo ocurriría con el desempleo: en el diagnóstico se advierte que si la cuarentena económica se mantiene hasta junio, la tasa de desempleo llegará a 19,7%. La de 2002 fue del 21,5%, pero ahora se concentraría en apenas dos meses.
Otro contraste que se destaca tiene que ver con el contexto globlal. La recuperación argentina tras la crisis económica (fin de la convertibilidad e instauración del cepo a los depósitos), financiera (el Congreso declaró el default) y política (cayó el gobierno de la Alianza y hubo cinco Presidentes en una semana) de hace dos décadas se dio en una circunstancia internacional favorable para las gestiones de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner. En concreto, la economía mundial no estaba en recesión y la soja cotizaba a $ 600 dólares la tonelada. Hoy, el commodity vale la mitad y la recesión es planetaria, porque la pandemia también lo es.
Precisamente, en “Vida versus Vida” se hace hincapié en que la combinación del estrés y del derrumbe de las condiciones sanitarias dispara en todas las crisis los índices de muertes por cáncer, episodios cardíacos, suicidios, homicidios y mortalidad infantil. Las muertes derivadas de las consecuencias de las crisis se registran durante los tres y los cuatro años posteriores a la superación del cimbronazo económico. (Ver las cifras absolutas en “Proyección de cuatro años”)
Finalmente, el texto sobre “El dilema actual” precisa que la finalización de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio no generarán una reactivación inmediata de la actividad económica en el país, ni en el mundo.
A partir de que se levante la cuarentena, estiman que pasarán cuanto menos seis meses hasta que se normalice la economía y retorne a los niveles previos a la pandemia de la covid-19. Esto se debe -argumentan- a que se pierde un promedio de 0,5% del PBI por semana de parálisis, con lo cual habrá una considerable inercia recesiva, sumado al miedo que permanecerá en la población y el impacto que esto tendrá en sus hábitos de consumo.