El río Paraná continúa con su bajante extraordinaria y crece la presión a la logística exportadora. Esta situación resiente la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras.
Así lo explicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), mediante un informe en el que remarcaron que en el puerto rosarino la altura llegó al metro, un nivel que no se quiebra desde hace más de 30 años.
Esto se origina porque las lluvias registradas resultaron escasas y muy por debajo de lo normal en la cuenca de la hidrovía Paraná-Paraguay.
Según la Prefectura Naval Argentina, este martes la altura del puerto de Rosario apenas alcanzaba el metro; es decir, muy por debajo del mínimo de 2,47 m que debe registrarse allí para que Hidrovía SA tenga la obligación de garantizar el 90% del tiempo los 34 pies de calado.
De acuerdo a la BCR y a las empresas y entidades del sector, entre las principales problemáticas que ocasiona esta situación, en relación a la logística de exportación, se destacan:
• La necesidad de que se ajuste el volumen de carga. En un Handysize o Handymax, que normalmente carga entre 35.000 y 40.000 toneladas, cada pie de calado que baja el río representa una pérdida de dicha capacidad de carga de entre 1.500 y 1.800 toneladas. En un Panamax, con una capacidad de carga en torno de las 60.000 a 65.000 toneladas, perder tres pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 t y 7.500 t por buque. En el caso de que carguen harinas, la pérdida puede ser menor ya que esta cubica más -pesa menos por volumen de carga-. En particular, en plena cosecha maicera, aquellas empresas que antes cargaban Panamax con 40.000 toneladas del cereal y completaban carga en Bahía Blanca/Necochea hasta las 60.000-65.000 toneladas, hoy salen del Gran Rosario con menos mercadería debido a la falta de profundidad; y esto las obliga a cargar más maíz en esos puertos del sur bonaerense. “Esto plantea problemas en la logística porque hay menor disponibilidad de cereal en el sur bonaerense y los costos de adquisición son más elevados”, explicó el informe.
• Demoras en el proceso de exportación. La bajante obliga a que pilotos y prácticos tengan una mayor prudencia en las maniobras con los buques. En particular, en los canales de acceso y en los pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente de que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema.