En dos semanas, Corea del Sur pasó de tratar pocos casos de coronavirus a miles. Ahora se encuentra en medio de un brote que se ha convertido en el más grande fuera de China.
Lo que pasó en Corea puede ser una lección para los argentinos: se cree que una sola persona infectada, integrante de una iglesia marginal, causó el rápido aumento de los casos. Ahora, el Gobierno Metropolitano de Seúl ha presentado una queja formal contra la congregación, acusándola de asesinato.
A esta mujer se la denominó “Paciente 31”. Hasta su aparición, las estrategias para contener el virus en ese país habían funcionado a la perfección.
Cuando los médicos empezaron le preguntaron por contactos cercanos en los últimos días, descubrieron que era miembro de Shincheonji, un movimiento religioso cristiano surcoreano, y que había asistido a varias reuniones de la secta con síntomas.
El culto de Shincheonji se organiza en “megaiglesias” con miles de fieles y sus celebraciones suelen incluir un estrecho contacto físico. Es decir, sobre el papel, el riesgo de propagación era alto; la realdiad lo confirmó rápidamente. El día 19 ya había 20 casos nuevos y el 20, ascendían a 70. Y, según la autoridad sanitaria coreana, todos vinculados a los miembros de Shincheonji.
Ese mismo día 20, Daegu (donde se concentraban los primeros casos) pidió a sus 2,5 millones de habitantes que no salgan a la calle y, un día más tarde, las autoridades declararon esa ciudad y Cheongdo “zonas especiales”. Se cerraron todas las bases militares del país y se aprobó un plan de choque económico. Y se pone a más de 9.000 de Shincheonji en cuarentena estricta. Además, se cancelaron eventos culturales, se aplazaron conciertos y se redujeron vuelos internos.
Para el día 22 de enero, 1.261 personas de las 9.000 que estaban en cuarentena ya habían mostrado síntomas. En ese momento,169 casos confirmados tenían relación con la iglesia y otros 111 provenían del Hospital de Cheongdo, donde la secta había celebrado una ceremonia fúnebre multitudinaria. La evolución parecía clara: de los 123 casos nuevos del 23 de febrero 75 eran de Shincheonji y 129 de los 161 casos del 24. El resto se podía conectar con los miembros de la iglesia.