En algunos lugares la venta de empanada aumentó un 65% más que el año pasado. LA GACETA hizo un recorrido de cinco lugares muy concurridos de la ciudad en dónde se pueden degustar unas ricas empanadas.
Patio de la Empanada
El famoso patio de la empanada, ubicado en calle Esteco 299, te ofrece la docena a 280 pesos. Elena Beatriz Escobar, dueña de dos locales comentó que desde hace mucho que ella trabaja vendiendo, no solo empanadas, sino también tamales y humitas. LA GACETA pudo conocer que desde el año pasado el aumento de la docena de empanadas fue de un 65%.
“Las empanadas que comen mucho los turistas son las fritas, de carne cortada a cuchillo y también de charqui, mientras que los salteños eligen las empanadas de carne y pollo. Aunque hay que reformar el local, los turistas lo siguen eligiendo”, agregó Escobar.
Balderrama
A orillas del canal, sobre Av. San Martín 1126, se encuentra también el popular Boliche Balderrama. La docena de empanadas en este lugar está rondando entre 250 a 290 pesos.
El cocinero Matías Salazar, contó: “Lo que más pide la gente es que las empanadas estén jugosas, bien calientes, que la masa sea crocante y tenga bastante huevo y cebollita”. Además, agregó que los turistas son los más recurrentes al lugar pero que también tienen sus clientes que van todos los días.
El Buen Gusto
Conocido por el tamaño de sus empanadas, este local se encuentra en O’Higgins 575. Es un negocio familiar de hace más de 70 años. La docena de empanada cuesta 420 pesos, un 56% más que en 2019.
Julio Bravo, dueño y cocinero dijo: “Tenemos diferentes variedades: de carne, queso, pollo y atún. La empanada que se vende más es la de carne y en segundo lugar la de queso. La gente siempre pide más la de carne”, comentó.
Doña Juana Empanadas
En el popular carrito ubicado en Zuviría altura 1100 trabaja Ana Ceballos hace más de 40 años, quién contó que la docena de empanada subió un 34% más que el año pasado, ahora cuesta 240 pesos.
“La gente no tiene preferencia en las empanadas, siempre nos piden de las tres variedades que tenemos: carne, pollo y queso. Vienen bastantes salteños y turistas que se las llevan congeladas para Buenos Aires, Córdoba o Mendoza”, dijo Ceballos.
Complejo Adobe
El destacado lugar, más conocido como Teuco, está ubicado en el centro de la ciudad, frente a la Plaza 9 de Julio. Según Daniel Morales, gerente del local, el nombre fue elegido por sus 150 años de historia guardados entre sus paredes de adobe. Aquí encontramos la docena de empanadas a 360 pesos, desde LA GACETA se conoció que tuvo un aumento del 50%.
Morales destacó: “Donde estamos instalados ahora antes era El Farito, después estuvieron dos lugares más de empanadas, es un ícono de la ciudad de Salta. Lo que nosotros tratamos, es de seguir con eso. Por eso la gente viene acá y busca las populares empanadas y bueno los alfajores”.
De igual manera, comentó que los que recurren al lugar son muchos salteños y que el turista viene recomendado por otros. “En realidad nosotros pensábamos que iban a entrar más turistas que salteños y tenemos un 50-50 de clientela. Es una casona donde uno entra a comer unas empanadas en medio de la historia de Salta”, concluyó.
La inflación, ¿afectó quienes cocinan empanadas?
Desde el INDEC se conoció que el año pasado la inflación fue de 53,8% en Argentina, lo que afectó en la suba de los precios.
“Nos afectó mucho la suba de precio no tan solo en la harina, el aceite sino que el gas, la luz y el alquiler que también pagamos. Seguimos porque de esto vivimos, pero hay algunos puestos que no vienen a abrir porque no les alcanza. Nosotros seguimos porque realmente necesitamos”, dijo Escobar.
El dueño de El Buen Gusto, agregó: “La suba de precio a veces dan ganas de llorar, este negocio tiene 70 años. Si pasamos crisis pero como esta ninguna de verdad, pero seguimos adelante. Nosotros, como creo que la mayoría de los negocios, fuimos absorbiendo los costos y es uno de los problemas que estamos sufriendo”. En la misma línea Ceballos contó que los afectó principalmente el aumento de la carne, pero que igualmente la gente sigue yendo a comprarles.
Morales por su parte comentó: “La inflación afectó totalmente en toda la gastronomía, perdimos la rentabilidad y hoy estamos peleando por no perder, cuando antes peleábamos para ganar un poquito más. El precio del año pasado subió un 50%”.
Solamente uno de los empresarios consultados, explicó que no se vieron afectados con la suba de precio porque trabajan con el turismo, aunque aclaró: “Sí se vio un cambio, una baja importante en ventas”.