BOGOTÁ, Colombia.- Bloqueos y aglomeraciones marcaron el inicio de la jornada de protestas en Colombia, que recibió el día con las fronteras del país cerradas y las fuerzas militares en alerta.
Las centrales obreras y movimientos sindicales llamaron a un paro nacional y a marchar en Bogotá y otras grandes ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla.
El Gobierno preparó un dispositivo policial y militar en todo el país para evitar que las movilizaciones acaben en disturbios.
Las medidas incluyeron el cierre -desde primera hora del miércoles y hasta las 5 de hoy- de los pasos fronterizos de Colombia con Venezuela, Brasil, Ecuador y Perú.
Además se ordenó el acuartelamiento en primer grado (máxima alerta) de las fuerzas militares.
El paro nacional en Colombia se produce, destacó el medio británico, en un momento de agitación social en otros países de la región, como Chile o Bolivia.
La convocatoria tuvo su origen en una confluencia entre los sindicatos y movimientos sociales para protestar contra un paquete de reformas del ámbito laboral y de pensiones, anunciado por el presidente, Iván Duque.
Cientos de miles de personas llenaron las calles de las principales ciudades de Colombia para protestar contra la política económica y social de Duque, en una jornada en la que hubo bloqueos de calles y actos de vandalismo.
Acuerdos incumplidos
El gobierno, que enfrentó la protesta más grande desde su llegada al poder, en agosto de 2018, había advertido de posibles actos de violencia y disturbios como los que se registraron en Ecuador, Chile y Bolivia, en medio de un clima de agitación política.
“Es el sentimiento del pueblo, aburrido de la injusticia social. Nos están matando a nuestros líderes sociales, nuestra identidad cultural, el pueblo indígena está en riesgo y las reformas económicas y laborales del Gobierno no favorecen al pueblo colombiano”, dijo Patricia Riaño, una profesora que participó en la movilización en Bogotá.
Duque, que no ha logrado consolidar una coalición en el Congreso para impulsar sus reformas 15 meses después de asumir la presidencia, negó planes para aumentar la edad de jubilación o los aportes de los trabajadores para acceder a las pensiones, pero no logró desactivar la protesta.
Hubo bloqueos en algunas estaciones de ómnibus en Bogotá, que fueron atacadas por encapuchados, mientras que en el noroeste de la ciudad, la policía lanzó gases lacrimógenos para despejar las vías y dispersar la multitud.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Diógenes Orjuela, aseguró que la protesta tuvo motivaciones que van más allá del impacto de las reformas laboral y de pensiones. “Hay muchos acuerdos incumplidos con los indígenas, con los profesores, con los trabajadores estatales, y también reivindicamos el derecho a la paz”, explicó el dirigente sindical.
Los estudiantes reclamaron más recursos para la educación pública, los indígenas exigieron medidas de seguridad para evitar los asesinatos de sus dirigentes y de líderes sociales a manos de grupos armados ilegales, uno de los principales problemas de Duque ante la comunidad internacional.
Otras organizaciones demandan mayor compromiso para implementar el acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC, firmado hace tres años para acabar un conflicto de más de 50 años, que ha dejado 260.000 muertos. (Reuters-Especial)