Álvaro Illianes, amigo del soldado Alberto Ledo, declaró hoy en el juicio que tiene como imputado al ex jefe de Ejército César Milani. Ante el tribunal, integrado por Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, el testigo responsabilizó al ex Jefe del Ejército Argentino por la desaparición de Ledo.
“No tengo animosidad de venganza, solo quiero saber dónde están los huesos del flaco (apodo con el que lo llamaba a Ledo), para que su madre le pueda llevar una flor antes de irse de este mundo”, afirmó.
Illianes dijo que el entonces subteniente “debe saber dónde están los cadáveres de los que torturaron y mataron”, durante el terrorismo de Estado.
Ledo nació en La Rioja, donde era estudiante de la carrera de Historia, al momento de su desaparición tenía 20 años y fue ingresado al Batallón 141 de La Rioja y luego traslado a un campamento de Monteros, donde fue visto por última vez el 17 de junio de 1976. El soldado había sido trasladado para desempeñar tareas civiles, como reparación y construcción de rutas y caminos.
Esta mañana, el testigo señaló ante los jueces que “Milani era partícipe de lo que estaba ocurriendo y él debe saber dónde están los cadáveres de los que torturaron y mataron”.
Illianes contó que cuando lo conoció a Ledo, formaba parte del centro de estudiantes de una escuela secundaria de La Rioja. “Compartíamos charlas, cafés y nos encontrábamos en peñas porque al flaco le gustaba cantar –resaltó-; después me fui a vivir a Chilecito y me convertí en presidente de la Juventud Peronista. Ledo se quedó (en la capital de La Rioja), comenzó a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) –indicó-; nosotros militábamos por un mundo mejor pero con la palabra, para convencer a la gente sobre el cambio que podía haber en la sociedad”, remarcó.
El 4 de febrero de 1976 Illianes fue incorporado al Batallón 141 de La Rioja. “solo estuve alrededor de 15 días y me dieron de baja. Ahí me volví a encontrar con Ledo, estábamos en el mismo pabellón y en esos días lo conocí al subteniente Milani y a otro de apellido Molina –detalló-; todas las tardes Milani se acercaba a los conscriptos y nos hacía preguntas sobre política y sobre el Operativo Independencia, con Ledo decidimos no responder a esas preguntas porque los dos militábamos y sabíamos que las cosas se estaban poniendo complicadas”, señaló.
Después de 15 días, Illianes fue dado de baja del Batallón 141 y al poco tiempo fue secuestrado y llevado a la cárcel de La Rioja y luego a La Plata, donde fue torturado y permaneció cuatro años detenido. “La última vez que lo vi a Ledo fue en un salón de la cárcel de La Rioja, él fue como asistente del capellán Peralta López que daba misas para los detenidos –mencionó-; cuando la misa terminó el flaco se me acercó, me preguntó cómo estaba y me contó que los estaban por trasladar a Tucumán, después de esa vez no lo volví a ver más –precisó-; al poco tiempo me enteré que había desaparecido y que lo daban por desertor, pero nadie creyó que él pudo haber hecho algo así”, relató.
El juicio tiene como imputado a Milani, quien fue jefe del Ejército de 2013 a 2015, en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El ex jefe militar está acusado de cometer los delitos de encubrimiento y falsificación ideológica del instrumento público (sumario de deserción de Ledo). El otro imputado es el capitán Esteban Sanguinetti, que tenía a cargo la Compañía de Ingeniero de Construcciones donde revistaba el conscripto, quien deberá enfrentar los cargos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad de Ledo.