Hernán Lacunza y Guido Sandleris iniciarán una negociación clave en New York para la existencia del stand by que hace un año anunciaban Nicolás Dujovne y Christine Lagarde. Por aquel entonces, ambos todavía actuaban en tándem desde el Palacio de Hacienda y el board del Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo las órdenes de Mauricio Macri y Donald Trump.
Dujovne renunció hace un mes, Lagarde se fue al Banco Central Europeo (BCE), Macri recibió un duro revés en las PASO y Trump se movió hacia otros escenarios geopolíticos.
El stand by se transformó así en una compleja pieza financiera y económica que la administración de Cambiemos no puede acomodar, que Alberto Fernández prefiere considerar tras los comicios de octubre y que tiene la suficiente capacidad explosiva para causar un efecto dominó con final abierto, señaló el diario Infobae.
Antes de partir a su encuentro con los responsables del FMI, Lacunza mantendrá una reunión con Macri en Nueva York. El Presidente llega hoy a Manhattan para participar de la Asamblea General de la ONU y Lacunza arribará esta madrugada.
Lacunza ya tiene previsto un cónclave con Sandleris en Manhattan, adonde el titular del Banco Central arribó para iniciar una agenda protagonizada por inversores, banqueros y consultores que tienen millones de dólares puestos en el mercado argentino. Luego los recibirá David Lipton, un demócrata riguroso que reemplaza por unos meses a Lagarde en el FMI, quien estará acompañado por Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo.
Presión de accionistas
Ni Lipton ni Werner deseaban prestar U$S 57.000 millones a la Argentina, pero su voluntad cedió ante la presión de los principales accionistas del FMI. Estados Unidos, China, Alemania y Japón apoyaban a la administración de Macri, y creían que ese respaldo era suficiente para reflotar la economía argentina y facilitar su reelección presidencial.
Frente a frente
A los dos lados de la mesa de negociación habrá argumentos contrapuestos que condicionarán los resultados del encuentro. Lacunza y Sandleris sostendrán que Argentina cumplió con las metas previstas en el stand by y solicitarán que el FMI desembolse los U$S 5.400 millones que deberían haber sido girados desde Washington hace una semana.
Lipton y Werner, en cambio, replicarán que el desembolso no depende de las metas cumplidas antes de las PASO, sino de la posibilidad del cumplimiento de metas previstas para el último trimestre de 2019. Y en este contexto, aunque no lo admitan en público, Lacunza y Sandleris saben que esas metas ya son imposibles de alcanzar.