No más aviones, al menos por un rato: nueve días después de su partida desde Argentina, y previa escala de preparación y adaptación al horario en Australia, Los Pumas finalmente llegaron a Japón, donde en apenas 10 días se abrirá la novena edición de la Copa del Mundo. El avión aterrizó ayer por la tarde en el aeropuerto de Narita, en Tokio, desde donde el plantel se trasladó tres horas hacia el norte en micro para llegar a Fukushima, donde se concentrará la primera semana.
Desde 2011, Fukushima le suena familiar a todo el mundo, debido a que allí se produjo uno de los mayores desastres nucleares de la historia a causa de un tsunami que devastó la ciudad y se cobró miles de vidas, además de obligar a la evacuación de casi medio millón de personas en 12 ciudades.
Nueve años después de la tragedia, Fukushima ha recuperado el esplendor, e intenta deshacerse del espectro de la radiactividad, demostrando que la situación está controlada y es seguro permanecer allí. De hecho, desde Fukushima partirá la antorcha olímpica que recorrerá el país antes de llegar a Tokio para la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2020.
La cuestión de la radiación puede causar temor al principio, sobre todo teniendo en cuenta que “J- Village”, el complejo donde se concentrarán Los Pumas hasta el miércoles 18, se encuentra a sólo 20 kilómetros de la central nuclear de Fukushima. De hecho, por su cercanía, sus campos deportivos fueron utilizados como base de acción durante y después de la catástrofe, sirviendo como lugar de estacionamiento para unidades destinadas a combatir la contaminación y recoger escombros. “La radiación ya no representa ningún problema aquí”, aseguran las autoridades de seguridad de la ciudad, que ven en el enorme y moderno complejo un símbolo de su resurgimiento.
No será la primera vez que el J-Village (abreviatura de National Training Center Japan Village) reciba a un seleccionado argentino: allí fue donde instaló su búnker la Selección dirigida por Marcelo Bielsa en el Mundial de Corea-Japón 2002.
Ya con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del año que viene en vista, Japón decidió reflotar el J-Village para presentarlo como sede. Se trata de un predio gigantesco, cuyas instalaciones de primer nivel fueron renovadas y cuentan con muchas comodidades. Entre ellas, más de 11 canchas (entre ellas, una de fútbol sala), pista de atletismo de 400 metros, un hotel con más de 100 habitaciones, sala de ejercicios, sala de conferencias y cafetería.
Allí cerrarán su participación Los Pumas antes de moverse hacia Tokio, donde el sábado 21 debutarán ante Francia.