El 9 de septiembre de 2014 el profesor de religión del Colegio Belgrano, Juan Carlos Estrada Tejerina, fue detenido por estar acusado de presunto abuso sexual contra alumnos menores. A partir de ahí, su familia inició una encendida defensa  pero reclaman que los discriminan y que se enfrentan a intereses políticos que hacen que continúe detenido.

Lenny Heredia es su esposa y dialogó con LA GACETA, describió la situación que atraviesa su familia y aseguró: “acá son todos supuestos, no tienen ninguna prueba contra de mi marido, pero sabemos que hay mucha presión por parte del Colegio Belgrano, que es un colegio de prestigio a donde van hijos de fiscales y políticos”.

La familia, asesorada por su abogado Santiago Pedroza, busca insistentemente lograr la liberación del profesor para que espere el juicio -al que reconocen como inevitable- en libertad. “Dicen que no tiene arraigo y que puede fugarse, pero es mentira porque él tiene a toda su familia acá y pudo haberse fugado cuando se enteró que lo iban a denunciar y no lo hizo”, dijo María Eugenia Estrada Tejerina, hermana del imputado.

Los Estrada son muy críticos con el trabajo de la fiscalía y por ello pidieron reemplazar al fiscal Pablo Rivero. Argumentaron que por lo que consta en las actuaciones, los chicos no declararon en contra de su maestro en la cámara Gesell: “yo leí las declaraciones y no decía nada. En el único momento que lo nombran dijeron que no les hizo nada”, dijo Lenny y denunció que “hablaron de otros profesores, del padre Mariano y nadie los llamó a declarar”.

Para seguir sosteniendo su inocencia, la familia contó que los profesores del colegio que declararon, lo defendieron y que ninguno se expresó en su contra. “Además cuando nos allanaron se llevaron todo: CPU, celulares, cámaras de foto, lo analizaron y nunca encontraron nada”, agregó.

“En los primeros documentos pusieron que era boliviano y todos remarcaron eso, pero vivimos en Salta hace más de 30 años y desde mayo que Juan Carlos ya tiene la nacionalidad”, protestó su hermana Teresa Estrada Tejerina, quien sostuvo que hoy están sufriendo la discriminación.

Esa sensación se recrudece cuando van a la Alcaldía a visitarlo: “nos hacen esperar y lo cuentan como tiempo de visita, nos miran y nos tratan mal, nos sentimos avasallados, atropellados”, contaron los familiares que ya iniciaron gestiones en el Inadi.

La situación que atraviesa la familia los lastima, pero no dejan de apoyarse entre ellos para transmitirle optimismo al profesor. “Para nosotros es un dolor muy grande. Para mi hijita es difícil, ella percibe lo que está atravesando su papá”, dijo Lenny, que ya se sumó a las marchas de los familiares de las víctimas contra la impunidad. 

“Él es muy religioso y trata de rezar mucho, aunque a veces flaquea un poco”, contó su mujer y destacó el optimismo de su abogado y la ayuda del Ministerio de Derechos Humanos ya que les presentó gente que los auxilia.