El desgarrador relato de una salteña obligada a prostituirse en Chile

Florencia recordó lo vivido cuando declaró en el juicio en el que se juzga a dos mujeres por explotarla sexualmente.

04 Oct 2017
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Por ser la principal denunciante, el testimonio de Florencia era uno de los más esperados en el juicio que se sigue en contra de Marcela Castro y Jessica Aguirre, imputadas por explotación sexual de aquella. Su relato, puesto en duda por la defensa, estremeció a todos.

Su declaración abarcó desde el momento en el que comenzó a involucrarse con las imputadas hasta el ataque que sufrió en su casa y por el que Castro y Aguirre fueron condenadas por lesiones, pasando por los horrores vividos en Chile.

Contó que al ser compañera del colegio se hizo amiga de Estrella Romero, cuya hermana era pareja de Castro. Corría el año 2010 cuando con 17 años abandonó su casa por una pelea con su madre, por lo que se quedó sin techo y sin dinero.

Según la declaración de la joven a través de videoconferencia desde una sala contigua por temor a ser agredida por los familiares de las imputadas, Castro le prestó $2.000 para que pague un alquiler y que a los dos meses comenzó a reclamarle ese dinero. Dijo que para saldar la deuda, la imputada le ofreció acostarse con un hombre.

Juicio por explotación sexual: "llegaron a Chile por su propia voluntad"

Manifestó que primero se negó pero que al ser amenazada y ante el riesgo de que lastimen a su familia, aceptó la oferta y que la propia Castro la llevó hasta el barrio Parque Belgrano, donde la esperaba un hombre mayor que le entregó dinero a la denunciada. En ese encuentro, mantuvo relaciones sexuales con ese hombre en un hotel alojamiento de la ruta conocida como camino a la Isla.

“No podíamos salir, había tipos cuidando en la puerta. También había chicas de Chile, Bolivia, Perú y Paraguay; para comer le dábamos plata a esos tipos para que compren comida y nosotras nos cocinábamos”

“A los 17 años me llevó a Chile por primera vez, usó un DNI falso y también iban otras tres chicas, allá nos separaron, a mí me enviaron a trabajar al boliche 'El señor de la Noche' de Tocopilla”, relató y ante la pregunta del abogado defensor, Marcelo Arancibia, aclaró que ella supo recién en Chile lo que iba a hacer (prostituirse).

Detalló que fue alojada en una casa ubicada frente al boliche: “no podíamos salir, había tipos cuidando en la puerta. También había chicas de Chile, Bolivia, Perú y Paraguay; para comer le dábamos plata a esos tipos para que compren comida y nosotras nos cocinábamos”, contó.

Aseguró que las obligaban a vestirse provocativamente con escote, pollera corta y tacos. “Estuve 15 días ahí, fue horrible, te maltrataban y vi cómo drogaban y violaban a otras mujeres”, declaró para luego agregar que les pagaban $200 por noche al fin del turno y que les pagaba Castro y no el cliente, ya que era la imputada la que manejaba la plata.

Mantuvo una sola comunicación telefónica con la madre, quien sospechó de lo que pasaba e hizo denuncia en la división de Trata de Personas. Según Florencia, Castro se enteró y la llevó junto a otra chica hasta San Pedro de Atacama en donde la dejó con solo $800. “Estuve días varada porque el camino estaba intransitable por la nieve”, indicó.


Al volver hizo su vida por un tiempo y hasta quedó embarazada, pero al tiempo Castro reapareció para decirle que debía volver al negocio y amenazaba a hijo. Esto hizo que en 2014, ya con 21 años, volviera a ser llevada a Chile, pero esta vez a Calama. Allí conoció a Aguirre, a quien acusó de encargarse de las mismas tareas que Castro.

“Estuve 15 días ahí, fue horrible, te maltrataban y vi cómo drogaban y violaban a otras mujeres”

Luego de ese viaje le dijo a Castro que no quería volver a hacerlo pero aseguró que siguió recibiendo amenazas a través de Whatsapp. “Un día entraron a mi casa Castro, Aguirre, Estrella y Sol Campos; me ataron, me pegaron y amenazaron con un arma a mi hijo”, aseguró entre lágrimas.

Este hecho fue el que derivó en la condena a un año y medio de prisión condicional de esas cuatro mujeres, previa denuncia de Florencia, que sirvió también para que se disponga una custodia de Gendarmería en la puerta de su hogar.

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La víctima dijo que llevaba cinco meses sin esa protección y que el entorno de Castro la sigue amenazando en donde la cruza. En la audiencia del lunes se produjo un cruce entre los familiares de Castro y Florencia, por lo que el Tribunal compuesto por Domingo Batule, Gabriela Catalano y Abel Fleming ordenó que se restituya la custodia.

Su madre intentó suicidarse

M. L. F., madre de Florencia, declaró ayer y dijo que presintió algo raro en el viaje de su hija y que de averiguaciones en la compañía telefónica supo que el celular de ella no estaba en el país, por lo que radicó una denuncia en Trata de Personas, logrando saber que estaba en Chile en menos de 48 horas.

“Mi hija me contó que declaró en Trata que estuvo en Chile voluntariamente pero que lo hizo porque estaba amenazada y tenía miedo, pero yo la obligue a denunciar porque eso podía salvar a otras chicas”, sostuvo la mujer, visiblemente indignada por lo vivido.

El sufrimiento por lo que atravesó su familia la llevó a intentar quitarse la vida en cuatro ocasiones y a estar ahora bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.

“En su declaración me enteré de más cosas aberrantes que mi hija nunca me dijo, se aprovecharon de su vulnerabilidad y ella se dejó envolver”, manifestó y exigió justicia antes de retirarse.


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