Internan al adolescente acusado de matar a Sandra Palomo, en tratamiento psiquiátrico

A la espera de ser juzgado y pese a ser inimputable, el Juzgado de Menores ordenó medidas de seguridad para el adolescente identificado como el autor del crimen de la docente Sandra Palomo, ocurrido en agosto de 2019.

La fiscal penal Ana Inés Salinas Odorisio había solicitado, al Juzgado de Menores N°3 en feria, la internación del menor de 16 años en un centro de régimen cerrado que posea las medidas de seguridad adecuadas para lograr su permanencia y en el que se puedan efectuar estudios de manera periódica, como así también brindarle tratamiento psicológico y psiquiátrico.

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Ahora se hizo lugar a la solicitud y el adolescente será internado en el Centro de Jóvenes en conflicto con la Ley Penal. Principalmente, por cuanto el menor sin lugar a dudas, representa una situación de extremo peligro para la vida y seguridad de terceros, tal como surge con total claridad, tanto del informe realizado por las profesionales del Gabinete de Psiquiatría Forense, según informó el Ministerio Público Fiscal de Salta.

El chico está acusado como el autor del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa y por mediar cuestión de género en perjuicio de Sandra Sylvia Palomo.

El Juzgado de Menores ordenó también que realice tratamiento psiquiátrico debiendo remitir informe mensual y que continúe con el tratamiento psicológico. Finalmente dispuso que la medida de seguridad queda sujeta a revisión en un plazo de seis meses mientras dure el tratamiento.

Cabe recordar que la fiscal sostiene que el 31 de agosto de 2019, el menor abordó a la víctima en el estacionamiento subterráneo de un supermercado de barrio Tres Cerritos y le propinó golpes y heridas mortales de arma blanca con la finalidad de apropiarse de la camioneta de la mujer y lograr su impunidad; lo que ya había anunciado previamente a su entorno y por las redes sociales. Teniendo conocimiento del hecho, otros tres jóvenes lo ayudaron a buscar un lugar propicio para descartar el cuerpo de la víctima y luego colaboraron en lavar el rodado, intentando hacer desaparecer los rastros dejados, hasta incluso alguno de ellos asistió a una fiesta tras el homicidio.