LA GACETA SALTA
Romero: "convertirme en un recomendador de acciones sería frustrante"
El actual senador y precandidato a gobernador por el frente Romero + Olmedo visitó la redacción de LA GACETA y dialogó en exclusiva sobre diversos temas.
26 Feb 2015
En una entrevista que duró más de una hora, Juan Carlos Romero, actual senador nacional por Salta y precandidato a gobernador de la provincia, dialogó en exclusiva con LA GACETA. La política fue el eje de una charla en donde se tocaron diferentes temas como la alianza con Alfredo Olmedo, las críticas a la actual gestión provincial y el por qué de su cambio de posición sobre algunos puntos acordados en el Acta de Compromiso de agosto de 2014.
¿Cómo surge la alianza con Alfredo Olmedo?
A Olmedo lo conozco desde chico, a él, a su familia y a su tío que fue senador nuestro. Son conocidos de toda la vida. No sé por qué yo me resistí un poco cuando quiso ser senador, porque era chico, cuando fue electo fue sin apoyo mío. Después noté que tenía una tenacidad que es buena. Ojo, a la tenacidad uno la usa para equivocarse también. Apenas terminó esa elección nos juntamos para ver qué se hizo bien o mal. Luego él ratificó su voluntad de ser gobernador y los dos seguimos con nuestra postura.
En mi caso, no es que la gente “me pida”, sino que espera un compromiso. Si la gente me apoyó y pude renovar la banca de senador, los que me votaban esperaban algo más respecto a una respuesta o compromiso local. Seguimos en esos términos dialogando y caminando hasta que, hace unos meses, comenzamos a trabajar en una propuesta con más de 40 dirigentes de diferentes partidos en agosto del año pasado. Fue la primera acción programática y conjunta con él y muchos más.
En agosto no había que definir cargos, había que definir un programa. Acordamos cosas interesantes. Le mandamos el acta al gobierno, al gobernador, al presidente de la cámara del senado, ni siquiera contestaron por cortesía de ceremonial.
Hay muchas críticas hacia esa Acta de Consenso, una de ellas es el tema de la designación de los jueces y los años de mandatos del gobernador y legisladores, ¿a qué se debe su cambio de postura?
Sí, ¡claro que cambiamos! Uno no es zonzo y se da cuenta de la realidad. Primero, cuando se reformuló la Constitución en 1986 había una euforia por la democracia muy grande, no nos dimos cuenta que un intendente o legislador iba a durar en el cargo 20, 30 años. Después hubo un error cuando pensamos que los intendentes o los concejales tengan mandato de dos años. En su momento creíamos que iba a ser una motivación democrática pero fue un embrollo tremendo y nos dimos cuenta.
Con respecto al mandato del gobernador, yo era de los que creía que la provincia estaba en una situación tan mala que no iban a alcanzar cuatro años, después se nos fue la mano y le metimos doce. El que me hizo cambiar fue Juan Manuel Urtubey. Yo me doy cuenta que un gobernador puede quedarse doce años, cosa que no me asusta tanto porque lo hice yo, pero en este tiempo no se puede estar pensando cuál de los hermanos lo va heredar por los próximos 20 años, cómo dominar la Justicia y el Ministerio Público. Si yo me doy cuenta de todas estas cosas, es porque vi los abusos que cometió Urtubey.
Yo no tengo ningún problema en decir “sí, he cambiado”, porque no quiero que esto siga pasando siempre. Si no, cada cuatro años, habrá un Urtubey y un Miguel Isa. Tenemos que salir del esquema en Salta que el acceso a poder, a la vivienda o a la justicia es para unos pocos y sus familias. Después de 30 años en democracia hay que dar un giro.
¿No es contradictoria la idea de renovar la política, volviendo a ser candidato a gobernador, después de 12 años de gobierno?
¿Y cómo lo hago sino? ¿Teniendo una columna, escribiendo? La política es acción. Yo tengo muchas ganas de hacer cosas. Convertirme en un “recomendador” de acciones no existe, sería frustrante. No quiero tener la frustración de grandes hombres que tuvo la Argentina que no pudieron hacer las cosas y algunos se suicidaron: Lisandro de la Torre, Leandro Alem. La frustración los llevó a la desesperación de no poder concretar un proyecto, a la depresión, a mí no me va a pasar eso. Los desafíos me motivan a la acción, al movimiento, a hacer propuestas e ideas. Estoy en etapa de hacer, no me siento en la etapa de escribir ninguna memoria.
¿Usted también observa la polarización en estas elecciones?
Siempre fue así en Salta desde que se destruyeron las tres fuerzas políticas, siempre hubo polarización. Ya casi no es enfrentamiento de partidos, sino de ideas y propuestas. No sé si la gente notará esto. El debate nacional es el mismo: ¿queremos el modelo republicano o el venezolano? En Salta, ¿queremos una provincia federal y próspera o una finca donde cabe la familia Urtubey solamente?
Una de las críticas que usted recibe tiene que ver con su relación con la Justicia, ¿cuál es la situación actual en relación a las causas que se le imputan?
Cuando el gobernador creyó que yo iba a competir hace cuatro años me veía bien en las encuestas. Hizo un viejo truco fascista que es perseguir al enemigo y me mandó 10 o 12 causas penales que no prosperaron. Es un enredo tan grande que, a pasar de la presión que hacen a los jueces, ningún juez se anima a desenredarlo.
No hay ninguna garantía de acceso a la Justicia porque no hay forma que los jueces terminen algo. Cuando el juez está por definir la causa favorablemente para mí, se ocupan de que la cámara lo anule. Y si un juez falla en contra mía y yo apelo, se ocupan de que me den la negativa de la apelación. Estas causas son políticas y no tengo seguridad de que se dicte justicia. Todo esto es parte de un esquema de campaña que hace el gobierno para sacarme de la política y desprestigiarme.
¿Lo siente como una persecución personal?
Absolutamente. No hay nadie que haya denunciado nada, salvo el gobierno que luego de lanzar las noticias por la prensa, decidieron investigar. Yo no figuro en los expedientes, excepto en algunos decretos que firmé. Son causas políticas como lo que sucede en Venezuela. Yo me siento disidente de este gobierno, ahí comenzaron las causas, porque yo sé que este gobierno renunció por unas monedas a juicios que teníamos con Nación. Yo sabía que era malo para Salta. A partir de ahí se desató la furia oficialista. Más importante que descubrir la verdad es desprestigiarme, yo por eso no me voy a sentar a escribir ninguna memoria.
¿Y con respecto a la gestión ambiental que fue criticada, sobre todo por los últimos meses de su gobierno?
A mi gestión la criticó Urtubey y él fue víctima de los extremistas ambientales con los cuales pactó para llegar al gobierno que me atacaron a mí, lo perdonaron a él y hoy le llenan de carteles los edificios porque también los traicionó a ellos.
Mi sistema era transparente, un desarrollo productivo era público, no era clandestino. Hoy lo que se hace es clandestino y para los amigos del poder. Mi deber era con Salta, el recurso ambiental más importante que tenemos que cuidar son los salteños, sobre todo los pobres. Hoy se paró el plan ambiental que teníamos con el BID, no hay avances en desechos electrónicos ni en el depósito o eliminación de residuos patógenos en consultorios y clínicas.
El gobierno fracasó y no hizo nada en materia ambiental. Nosotros tuvimos otros enfrentamientos en su momento, pero hoy hay que discutir cuál es el futuro de la provincia en materia ambiental. Hay que ser muy celoso con los proyectos mineros en cuanto al ambiente y a la renta minera, por ejemplo.
¿Cómo organizan, junto a Olmedo, las recorridas y viajes por el interior, propios de la campaña?
Los lunes continuaré haciendo mi programa de radio, luego viajaremos cuatro o cinco días al interior y después a las localidades cercanas. Hemos realizado recorridos en el interior, escuchando a la gente, detectando dirigentes, presentando candidatos. Alfredo trabajó desde Pocitos hasta Orán hoy, nos vamos turnando.
Yo espero que la gente se convenza que estamos juntos, pero no tendríamos que estar juntos todo el tiempo. Hacemos un buen equipo estando divididos, él es muy conocido y tiene su perfil y el mío también es bien definido, por eso pusimos el signo “+”en la fórmula, porque no es “andar de la manito”. Los últimos 15 días estaremos juntos en todos lados, para los cierres de la campaña.
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