Reestructuración de la deuda: ¿cuál es el impacto?
El entendimiento alivia las presiones sobre la devaluación de la moneda nacional y sobre los precios. Las empresas aspiran a lograr financiamiento en mejores condiciones.
1 Efecto dólar
Menos presión al tipo de cambio
Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el acuerdo “descomprime la demanda de dólares” lo que resulta “importantísimo en una economía como la de nuestro país, atravesada por la recurrente restricción externa”. También se indica que permite liberar “recursos fiscales para atender la pandemia y para recuperar el consumo y la producción, y con ello el crecimiento económico”.
2 Efecto inflación
Devaluación más acotada
La reestructuración, a su vez, puede llevar a que el Gobierno flexibilice los cepos en las operaciones comerciales, de tal manera de atemperar el ritmo de la devaluación del peso argentino. Si se da este escenario, la economía entrará en un proceso en el que la inflación no tendrá tanta presión y, por lo tanto, no haya movimientos bruscos en los precios de los bienes y de los servicios.
3 Factor confianza
Volver al mercado externo
La decisión de sostener el pago de la deuda no hace más que darle otra señal al mercado de que la Argentina no será un país de eternos incumplimientos, sino que está dispuesto a pagar a sus acreedores. De esta manera, la actual gestión aspira a que en el mediano plazo, la Argentina retorne al mercado voluntario global de créditos, en condiciones más ventajosas para obtener financiamiento.
4 Para empresas
Otro perfil hacia la banca
Las compañías que operan en la Argentina son las que respiran con el acuerdo entre el Gobierno y los bonistas. Evitar el default implica un escenario en el que las principales empresas pueden salir a buscar en el mercado fondos para reactivar su producción o sostener su capital de trabajo, muy golpeado por la recesión de la economía nacional y por efecto de la pandemia del coronavirus.
5 Efecto político
Capitalización del gobierno
En medio de la pandemia, que ha llevado a un proceso de emisión desenfrenada de dinero, la gestión del presidente Alberto Fernández se oxigena con un acuerdo que mantuvo en vilo a todos los agentes económicos. Como dicen los expertos en negociación, el Ejecutivo ganó tiempo y, por ende, seguirá negociando con uno de los principales acreedores de la Argentina para un acuerdo de largo plazo: el FMI.