La cuarentena recesiva de la Argentina
Efectos del aislamiento en la región.
La economía argentina tuvo una fuerte caída en su nivel de actividad durante el tercer mes del año. En relación a marzo de 2019, bajó un 11,5%, uno de los registros más bajos de las últimas décadas solo superado por los meses del 2001-2002. Sin embargo, analizando las variaciones mensuales desestacionalizadas, la caída fue del 9,8% y se posiciona como la contracción mensual más fuerte al menos desde 1994, es decir, superando a cualquier mes de la gran crisis de fines de la convertibilidad.
Esta combinación de variaciones indica dos cosas. En primer lugar, que la entrada a esta crisis es más rápida que los episodios pasados y, en segundo lugar, que, dada esta velocidad y los efectos que con seguridad tuvieron el mismo signo en abril y lo están teniendo en mayo, las variaciones interanuales de los próximos meses superarán cómodamente a las variaciones anuales del 2001-2002. Es decir que la “menor gravedad” que estaría mostrando esta recesión es una cuestión meramente estadística que en los próximos meses se corregirá.
Pero marzo no fue un mes de caída solo en Argentina. Las políticas de aislamiento social, con menor o mayor intensidad, fueron aplicadas en todos los países de la región. Incluso en aquellos en los cuales las medidas oficiales fueron bastante laxas, se identifica una disminución en la movilidad de la ciudadanía por propia voluntad de cuidado personal o por políticas aplicadas a niveles de estados subnacionales.
Lo interesante es observar la intensidad de las medidas restrictivas está vinculada de manera directa y muy clara con la intensidad del hundimiento de la actividad económica. Dentro de los países de la región, la cuarentena más dura durante marzo (y lo sigue siendo hasta el día de hoy) está en Perú. Y, consecuentemente, la caída económica mensual más fuerte se registró en ese país: con una reducción promedio de la movilidad promedio del mes de la población peruana del 37%, la economía cayó en relación a febrero un 10,4%. En segundo lugar se ubica Argentina, con una reducción de movilidad del 32% y una contracción económica del 9,8% comparado con febrero.
Si bien el impacto económico inmediato es inevitable para todos los países que aplican medidas restrictivas, hay que tener en cuenta que no todos están acompañando la cuarentena con medidas de sostenimiento de la misma magnitud. Así, mientras Perú acompaña la cuarentena más estricta de la región con un programa de estímulo de 12% del PBI, la cuarentena argentina transita, con un poco más de relajación desde abril útimo, con un programa económico equivalente de poco más de una décima parte que el peruano. Un caso similar es Chile, con cuarentena inicialmente más laxa y un programa de casi 6% del PBI.
La Argentina, a su vez, acumula una década sin crecimiento y dos años de recesión, lo que implica una economía más ajustada para hacer frente a un nuevo impacto. Una vez que el coronavirus sea historia, la economía más castigada de la región muy probablemente sea la argentina.