Juego diplomático detrás de la caída del petróleo
Los actores del mercado y la pandemia.
Las causas del derrumbe del precio del petróleo a valores irrisorios hay que encontrarlas en el terreno diplomático y la crisis del coronavirus. En septiembre, el ataque de rebeldes houtíes a instalaciones petroleras de Arabia Saudita mostró la debilidad de Ryad para controlar su hegemonía en el mundo árabe. Los insurgentes, con apoyo de Irán, demostraron que el régimen teocrático de Teherán tenía un poder de fuego capaz de imponer rápido control sobre la zona del Golfo Pérsico. El reino saudi requirió asistencia militar de Estados Unidos. Con efectivos, la V° Flota y misiles Patriot lograron neutralizar la ofensiva de los houtíes e Irán sobre Yemen y equilibrar la balanza de poder en la región. Por entonces, los precios del crudo se habían amesetado en torno de los 60/63 dólares.
La Casa Blanca necesitaba un gesto hacia su población porque el aparato militar estaba llevándose parte del crecimiento económico, pero no podía dejar crecer la influencia de Moscú y Teherán. ¿Cómo atacar dos frentes, reducir el gasto y neutralizar adversarios? Donald Trump lo hizo con el retiro de tropas de Siria, lo que fortalecía su imagen pero que dejaba terreno libre a Rusia para ayudar al presidente sirio Bashar al Asad en su guerra contra Estado Islámico.
Desde octubre, en cada reunión de OPEP los árabes se oponían al recorte en la producción de crudo que sugerían sus socios, liderados por Irán y sus aliados extra OPEP, como por Rusia, ya que Moscú y Teherán necesitaban más ingresos por el petróleo para financiar sus aventuras militares.
Con los sauditas manteniendo el bombeo, los precios comenzaron a bajar. A medida que bajaba el precio, los problemas financieros de iraníes y rusos se hacían más notorios y Estados Unidos anunciaba que llevaría sus reservas estratégicas de crudo de 650 millones de barriles a 1.000 millones de barriles.
En febrero, se desataba una guerra de precios porque los árabes bombeaban para abastecer a Estados Unidos y los rusos e iraníes para financiar su déficit. Con la declaración de pandemia, cambió el tablero del ajedrez diplomático. La caída del 30% en la demanda mundial de crudo profundizó la debacle de precios, e hizo inviable la producción de hidrocarburos.
La industria petrolera de Estados Unidos y los senadores republicanos presionaron a Trump para que fuerce a los sauditas a un recorte en la producción, bajo la amenaza de retirar la ayuda militar. Los árabes acordaron recortar la producción de crudo para mayo y junio. Los precios llevaron el crudo del terreno negativo desde mediados de abril a unos 20 dólares al cierre del mes, con una baja de casi el 70% desde comienzos de año.
Nadie se aventura qué puede ocurrir en el mercado petrolero en un terreno signado por exceso de producción, falta de almacenamiento, un acuerdo débil y la caída de la demanda mundial, por la presencia del coronavirus que a esta altura es más peligroso que el juego diplomático. (Télam)