Carmen Barbieri tiñó a su perro y ¡revolucionó las redes sociales!
El posteo de la actriz generó mucha polémica en Instagram: mostró el cambio de look que le hizo a su perrito Rey y la gente no se quedó callada.
La productora y actriz de teatro tiñó de celeste y esto motivó diversos comentarios, que la acusaron de maltrato animal: “¡Gracias por dejar a Rey más argentino que nunca! ¡Viva la patria!”, escribió Carmen Barbieri, sin imaginar la repercusión que iba a tener dicha imagen.
Muchos de sus seguidores la cuestionaron por lo que hizo con su mascota: "Un perrito no es un muñeco", "por qué hacen en un animal tanto daño?", "¡Es dañino para el animal que se lo tiñan!", "deberían denunciarla", "¡eso es una locura, por favor", fueron algunos de los comentarios en contra de la acción de la actriz.
La actriz se defendió: "El color de mi perro rescatado por mí! de mal trató y abandonó es colorante para pintar tortas que se comen en cumpleaños de niños se usa en repostería para fiestas infantiles es comestible totalmente natural AMO A LOS ANIMALES", explicó.
Su hijo, el actor Federico Bal, también salió al cruce de las críticas: "Dios mío! Si ustedes supieran el amor y el cuidado que mi madre le da a todas sus mascotas! Lo rescató de un baldío, abandonado. El perro es feliz, y la tintura completamente inofensiva".
Dios mÃo! Si ustedes supieran el amor y el cuidado que mi madre le da a todas sus mascotas! Lo rescato de un baldÃo, abandonado. El perro es feliz, y la tintura completamente inofensiva. https://t.co/zMCpTZ8Nyg
— Federico Bal (@balfederico) 23 de abril de 2019
Luego de las críticas, el estilista se encargó de bañar al perrito para sacarle el color celeste de las orejas y las patas. La dupla grabó el momento para demostrar que se trató de un tratamiento no permanente y que el animal estaba perfecto.
"Para la gente que pensó mal: miren cómo cambió el agua y enseguida salió el colorante. Se le fue en dos segundos con shampoo", explicó la artista. Rey se portó muy bien en el agua, ya que, según contó Carmen, está acostumbrado a que lo bañen.