Mercado San Miguel, una reserva cultural en el microcentro
1/18 Instalado en 10.000 metros cuadrados, entre las calles La Florida, Ituzaingó, Urquiza y San Martín, el Mercado San Miguel funciona desde 1865.
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3/18 Medicina natural, unguentos, vigorizantes y otras yerbas, también entre las ofertas especiales de la cuadra.
4/18 Todo a la vista, sin marketing, packaging ni demasiados envoltorios, el mecanismo de venta mantiene los códigos tradicionales de un mercado regional.
5/18 Muchos de los comercios se van heredando de padres a hijos y son el sostén principal de varias familias que trabajan vinculadas a cada uno de los puestos.
6/18 El patio de comidas es una escala obligada para los turistas y visitantes del mercado, donde cada septiembre se celebra el concurso de la pizza.
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9/18 430 puestos se reparten las galerías y corredores laberínticos del mercado, con alquileres que van de $1800 a $2500.
10/18 Los puestos de comida, incorporados en los últimos años del mercado, constituyen uno de los fuertes de la oferta, con platos caseros, tradicionales y minutas a precios populares.
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12/18 Además de frutas, verduras, carnes y productos frescos, desde hace un par de años la oferta sumó también reventa de ropa, artículos regionales, música y películas.
13/18 Pipilo Gutiérrez, una gloria ochentera de Juventud Antoniana, al frente de la verdulería que le dejó su papá.
14/18 Gladys Castillo abrió su propia pollería, luego de más de 20 años de trabajar como empleada en el mercado.
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16/18 Los hermanos Héctor y Jorge Lera renunciaron a sus trabajos como bancarios para instalarse en el San Miguel.
17/18 Noemí González, heredera del puesto Don Emilio, que comenzó hace 100 años con sus abuelos.
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